En realidad, las equipaciones del equipo madrileño no tienen nada de especial: la primera es azul, como toda la vida, la segunda roja, como muchos otros años, la tercera es amarilla, sin alardes y la de portero es totalmente verde, un color muy habitual entre los guardametas. Y cuando este color no va acompañado del rojo, ya se sabe que es algo prohibido, por ser el color del eterno rival.