Si tiene suerte y mantiene el nivel, podría llegar al cuarto con 33 años. Su cuarto piso mira este hormigueo de fanáticos que cantan y saltan, en perfecto estado de sobriedad. Las vendían solo a los mayores de 21 años en los bajos del moderno Al Bayt, el alucinante Lusail y Al Janoub, los tres estadios a los que fui.